Work life balance
Seguramente usted quiere dinero. Lo quiere porque cree que el dinero le garantizará una vida feliz, llena de comodidades y con la libertad absoluta para hacer lo que quiera. Y es muy posible que para lograr esas metas, esté usted trabajando todos los días desde las 9:00 am hasta después de las 6:00pm, sacrificando en ello su felicidad, su confort y también su libertad. Si tiene suerte, y no le toca trabajar los fines de semana para seguir el ritmo que la necesidad le impone, es muy posible que cuando llegue el sábado esté tan agotado que apenas tenga ánimos para echarse en un sofá a ver la televisión y recuperar fuerzas para el próximo lunes.
Si lo piensa, más que poseer varios millones de pesos, usted quiere experimentar lo que todo ese dinero puede proporcionarle. Y resulta que hay dos cosas que a fuerza de oír siempre ha dado por ciertas, pero a traves diferentes cambios de creencias, metodología y disciplina, no es necesario trabajar 40 horas para conseguir unos ingresos altos, ni tampoco son necesarias unas ganancias exorbitantes para llevar la vida que usted desearía.
A finales de los 80´s, los japoneses acuñaron el término Karoshi, que significa «muerte por exceso de trabajo», para designar el creciente fenómeno de derrames cerebrales y ataques cardíacos en asalariados y ejecutivos que trabajaban sin descanso. No tiene mucho sentido desperdiciar los mejores años de la vida matándose para ser feliz en un futuro incierto. Pasarlo bien en el presente y tener dinero en el futuro no son dos cosas excluyentes; basta con hacerse dueño de su tiempo, dejar de aplazar su felicidad y diseñar su vida con mayor perspicacia.
Por ejemplo en libro La semana laboral de 4 horas de Timothy Ferris nos explica como a través de la liberación, eliminación, automatización, podemos desarrollar un nuevo concepto de productividad inteligente con la combiaciones de varias acciones y cambios de creencias.
El objetivo es liberar su tiempo y generar ingresos para que su vida tenga más sentido. Las estrategias son varias: eliminar las distracciones, delegar tareas, racionalizar el uso del tiempo, crear negocios autosostenibles, subcontratar servicios, construir nuevas reglas, aprovechar las alternativas que ofrecen los mercados informáticos y, en general, valerse de un conjunto de técnicas y herramientas que están al alcance de todos, aunque son muy pocos quienes las aprovechan en su propio beneficio.